lunes, 11 de junio de 2012

FERNANDO TORRES TRAS SU PARTIDO

"Torres está eufórico. Nos aportará velocidad, desmarques, asociación con sus compañeros", decía Vicente del Bosque a diez días del debut de España en la Eurocopa. ¿Y gol? Consciente o inconscientemente, evitó relacionar al delantero del Chelsea con la suerte suprema del juego. Lo cierto es que Torres no fue titular ante Italia y sólo disputó los últimos 17 minutos, que resultaron ser los mejores de España. Y tuvo lo que aventuraba el técnico, velocidad y desmarque, que le llevaron dos veces ante Buffon sin sacar provecho. "Era el momento ideal para que entrase, porque el partido estaba más abierto", explicaría luego el técnico, dejando caer que la utilidad de Torres crece en la medida que se abren espacios y crece la fatiga en el oponente.
Torres, mejor delantero joven del mundo entre los 16 y los 19 años (campeón de Europa en ambas categorías con la Selección y autor de dos goles que se canjeraron por dos títulos), no ha dejado después registros de gran anotador. Sólo una vez en su carrera (Liverpool 2007-08, 24 dianas) pasó de los veinte goles en una Liga. Sus registros históricos están por debajo de su cartel y de su juego: un gol cada 189 minutos, 0,38 por encuentro. Con España ofrece cifras similares: marca cada 185 minutos y baja su media a 0,29 aciertos por choque.
Es el segundo delantero en partidos en la historia de La Roja (94, por 102 de Raúl) y el cuarto goleador (28), tras Villa (51), el propio Raúl (44) y Hierro (29). Villa suma 23 goles más que él en doce partidos menos.
Entre enero y abril de 2010 sufrió dos operaciones en la rodilla derecha de las que le costó recuperarse. Su reaparición llegó en el último amistoso antes del Mundial de Sudáfrica. Allí jugó los siete partidos que llevaron a España al título, cuatro de ellos como titular y ninguno completo, y se marchó sin anotar un tanto.
Icono del Atlético incluso en el exilio (ha paseado la bandera rojiblanca después de cada éxito personal), en la Selección ha fallado con el gatillo ante los grandes rivales. Sus únicos hat-tricks bajo pabellón nacional los firmó ante San Marino y Nueva Zelanda. De las grandes, sólo le hizo un gol a Italia en un amistoso en 2004 y otro a Alemania, en la final de la Eurocopa 2008, que otorgó a España el título 44 años después.
A la Eurocopa llega tras superar un fortísima depresión anotadora en el Chelsea. Pasó seis meses (de septiembre de 2011 a marzo de 2012) sin meter un gol en la Premier. Acabó firmando seis y jugando como titular seis de los últimos ocho partidos. Sin embargo, su tanto al Barça, que aseguraba el pase del Chelsea a la final de la Champions, fue celebrado con bromas de mal gusto por los tabloides. "Terry expulsado, Messi falló un penalti, el Chelsea alcanzó la final y lo más increíble... Marcó Torres', publicó The Sun.
En cualquier caso, su actuación en Gdansk no mereció la condena general. Quienes miraron más allá de la portería creen que la Selección fue mejor con él. "España generó más peligro con la presencia de Torres que con la ausencia de Cesc", escribió Santiago Solari en 'El País'. "Torres manejó todo bien menos la espada", sentencia Kiko en AS. "Yo le pondría seguro", proclama Luis Aragonés. Donde faltan goles sobra debate.

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